Biblioteca fantasma

- Evelina Gil - Sunday, 11 Aug 2024 08:39 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Por amor al arte

 

Hay cosas sobre las que los escritores no preferimos hablar y, mucho menos, escribir. Temas que nos resultaría incómodo abordar en nuestros textos, que nos evidenciarían en toda nuestra vulnerabilidad de “comepapeles”, nos avergonzarían o, simplemente, pondrían el dedo en la llaga, esa que sólo la escritura nos permite, en el mejor de los casos, sublimar. Olivia Teroba es de las muy pocas que centra su literatura en lo que preferiría no contar, lo que le produce insomnios, lo que la avergüenza o daría lo que fuera por desaparecer de su realidad cotidiana. Nacida en Tlaxcala, en 1988, ha alcanzado una muy sólida reputación como ensayista. Una muy sui géneris, me atrevo a afirmar, pues mientras otros hacen “autoficción”, ella se sitúa como el personaje central al que le ocurren una serie de cosas que la acercan a determinados libros o autores, y cuyo estudio le permite crear un punto de referencia para sus conflictos personales. El título de su más reciente libro, Dinero y escritura (Sexto Piso, México, 2024) enuncia uno de esos temas que tanto nos torturan a quienes elegimos seguir adelante con una vocación que es tremendamente difícil asumir como profesión, a menos que estemos dispuestos a llevar la vida azarosa propia de quien opta por un oficio desdeñado, mal pagado y sin garantías de ningún tipo. Los lectores, por supuesto, no tienen idea de la problemática existencial agazapada detrás de esas ficciones que los envuelven y emocionan. El texto que da título al libro, o al revés, se sumerge en la cotidianidad de una escritora que desbarata el concepto del “cuarto propio” que, por supuesto, difiere dependiendo la cultura, la circunstancia y el país de la mujer en cuestión. Olivia tiene un cuarto material y una libertad relativa por los que debe pagar una renta compartida con otras dos amigas. Los grandes proyectos han de ser postergados para asegurar la sobrevivencia, porque estamos ante uno de esos raros casos de escritor/a que se rehúsa a aceptar un empleo de nueve a cinco para ganarse el pan a fuerza de talento, cosa que en México es tremendamente difícil, entre otras cosas, gracias a la laberíntica burocracia en torno a los pagos que pueden demorar meses en hacerse efectivos. A través de estos pormenores, toca un punto bastante sensible: el trabajo artístico, salvo casos muy excepcionales, sólo genera plusvalía de manera póstuma. No será el autor/a quien recoja los frutos de su sacrificio. El amor al arte para nada es un concepto kitsch sino una realidad; único motor para avanzar en este terreno pantanoso donde las deudas sobrepasan a las satisfacciones.

Los conflictos que genera en la familia la determinación artística de uno de sus miembros se refleja en toda su crudeza en este libro. Somos muchos, Olivia entre ellos, con familias a quienes nuestros libros no emocionan en lo absoluto y,
en caso de sucumbir a la curiosidad, terminan reflejándose en alguno de los personajes más negativos, por lo que no son raros aquellos autores que han cortado todo vínculo con parientes ofendidos. Ser escritor, en México, sólo adquiere importancia cuando te vuelves bestseller o trasciendes la mediocridad, algo sumamente difícil en un país donde la lectura dista de ser una prioridad. “La escritura nos pide un tiempo que el capitalismo no nos deja libre, así que se lo quitamos a nuestro bienestar. Dejamos de salir a la calle, de respirar aire fresco. Comemos mal, dormimos tarde. No dormimos. Ponemos el cuerpo en la escritura.”

He leído esta colección de ensayos no como una lista de inconvenientes para dedicarse a la escritura, sino como el retrato de una joven autora que, por encima de su talante pesimista, está resuelta a pelear a brazo partido por defender sus sueños. Su literatura, además, refrenda el ideal de excelencia que persigue en medio del más mundano de los caos que alude a tarjetas de crédito y listas de compras. Y, por supuesto, la autora evade romantizar en torno a estas dificultades.

 

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