Francisco Javier Estrada, pionero de la comunicación inalámbrica
- Guillermo Martínez - Sunday, 13 Oct 2024 09:01
Se ha publicado lo que hasta ahora es el trabajo más completo sobre la vida del mayor científico del país en el siglo XIX, Francisco Javier Estrada hijo. Si bien esta investigación fue editada en 2021, es hasta ahora que el Estado de la entidad potosina lo presenta. La obra referida es La cuna de la comunicación inalámbrica; su autor Refugio Martínez, Premio Nacional de Divulgación (2010) y Premio Potosino de Divulgación (2022). En este libro, el también profesor-investigador de la Universidad potosina demuestra que aquella pequeña ciudad fue origen y destino, por primera vez en el mundo, de la comunicación inalámbrica, gracias a los experimentos que realizara Francisco Javier Estrada hijo, a partir de 1881 hasta lograr la patente en 1886, antes que Marconi y antes de los trabajos de Edison y Tesla.
En el gabinete de física de lo que fue el antiguo Instituto Científico y Literario de San Luis, Francisco Javier Estrada impartía los cursos de física, y ya en la década de los setenta del siglo XIX compartía a sus alumnos sus adelantos en materia de electromagnetismo. ¿En qué consistían dichos adelantos? Se trataba, entre otros (por ejemplo, en 1877 muestra sus adelantos de iluminación eléctrica y en esa misma década está interesado en la reproducción del sonido tanto para la comunicación como para las aplicaciones musicales con su piano eléctrico), de una nueva forma de comunicarse. Esos mismos estudiantes fueron testigos de cómo se transmitía la voz humana por medio de unos artefactos que no precisaban hilos de comunicación. Ahí, en las oficinas de Rectoría de lo que ahora es la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, daba inicio la comunicación sin hilos o inalámbrica. Estrada patenta su invención en 1886, misma que le otorga una exclusividad de diez años. Al acabar ese privilegio, Marconi patenta la comunicación inalámbrica en 1896 y en 1909 recibe el Premio Nobel de Física.
Al ser la comunicación inalámbrica un elemento basal de nuestras sociedades, este dato trae consigo implicaciones notables en muchos sentidos. La principal es el hecho de que este desarrollo no se efectuara, como una primicia, en los grandes centros del adelanto tecnológico, es decir, aquellas ciudades que, pareciera, van marcando la pauta del desarrollo tecnológico y moderno. ¿Por qué fue de esta manera el desarrollo de la comunicación inalámbrica?, y más aún, ¿por qué no se le dio seguimiento y el apoyo necesario para desarrollar esta invención? Si bien el libro trata de responder a estas preguntas, es preciso detenerse en dos aspectos: el primero es la formación de la industria en el proyecto de la modernidad, y el segundo es la contribución de los estudios y experimentos de la reproducción del sonido en nuestra vida actual.
Sobre la formación de la industria en el proyecto de la modernidad, el problema se debe, precisa el autor, a la dependencia industrial con la que se constituyó nuestro país en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. De ahí también se explicaría por qué no se le concedió mayor importancia a los descubrimientos y adelantos de Estrada. Bajo el argumento que asegura una relación estrecha entre los avances del conocimiento tecnológico y la vida social, el autor afirma: “Esta relación puede observarse en las repercusiones económicas, de la vida social, la estructura de la familia y las actividades diarias que se desenvuelven en toda la sociedad.” Con esto se acerca en mucho a lo que planteó Marx al hablar de la “Maquinaria y la gran industria” cuando afirma que “la tecnología pone al descubierto el comportamiento activo del hombre con respecto a la naturaleza, el proceso de producción inmediato de su existencia, y con esto, asimismo, sus relaciones sociales de vida y las representaciones intelectuales que surgen de ellas.” ¿De qué manera se relaciona directamente el conocimiento científico y tecnológico con nuestra forma de vida actual? Por medio de la mercancía, la cual se produce gracias a dicha tecnología y se nos presenta como un hecho cotidiano al que nos enfrentamos de forma normalizada. Así, podemos comprender la forma mercantil desde otras perspectivas, ya no sólo como objetos útiles para nuestra vida cotidiana, sino como dinamizadores de nuestra socialidad, y esto es posible gracias a la tecnología que las sostiene o constituye.
Con sus experimentos sobre la reproducción técnica del sonido, Estrada fue puntal para el desarrollo y cambio radical de pensar estos problemas, que en la historia occidental empezaron con una tensión entre la reproducción y lo auténtico. En la actualidad, se dirime sobre la importancia de la forma de percibir el sonido reproducido técnicamente. La sensación fantasmagórica de escuchar a los que no están presentes, ya sea porque se encuentran lo suficientemente lejos para no oírlos de forma natural o porque ya no se encuentran vivos. También el fenómeno de traer al presente sonidos que fueron parte de otra época y, más aún, realizar un encabalgamiento con los sonidos actuales, algo similar a lo que en cine se conoce como montaje y que ahora en música se le llama sampleo, son elementales para los estudios de la filosofía y sus relaciones con la música. Más que Edison, Tesla y Marconi, estos problemas actuales los empieza a trazar Estrada, formando así, nos dice el autor de la obra, un trébol de cuatro hojas.