La flor de la palabra

- Irma Pineda Santiago - Sunday, 13 Oct 2024 09:08 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Flores de Maíz

 

Cuentan los nahuas de la huasteca veracruzana que existe una diosa llamada Miawaxochitl, deidad del maíz que representa la flor y la espiga de este importante alimento. Cuentan también que es importante nombrarla y honrarla para que siempre proteja las cosechas, y es por ello que a finales del mes de septiembre, cuando ya se asoman los primeros elotes y se tiene la certeza de que, al menos por ese año, no faltará la comida en esas comunidades, se realiza una serie de rituales para representar la alegría y el agradecimiento por las bondades que la tierra en comunión con el maíz ofrecen a la gente. Durante los festejos de este año, en la comunidad de Ahuateno, municipio de Chicontepec, tuve la fortuna de ser invitada por el escritor y profesor Tirso Bautista Cárdenas, quien desde hace casi dos décadas ha sido anfitrión de estos eventos dedicados a mantener vivo y sagrado entre las personas el maíz.

No puede haber comienzo sin el ritual dedicado a la diosa Miawaxochitl, en el que abundan los rezos, las flores, los cantos y el sahumerio. Entre los asistentes, además de hombres y mujeres de la comunidad, suelen llegar estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de Chicontepec, así como de la Universidad Pedagógica Nacional con sede en el mismo municipio, y varios jóvenes más que viajan desde distintas comunidades o desde la ciudad de Xalapa, junto con algunos profesores y traductores, para presenciar y presentar sus propias obras artísticas de música, danza, artesanías en madera y en textiles, a través de conciertos, espectáculos, exposiciones y la realización de diversos talleres de manera paralela, tales como los de lengua nahua; de danza, de bordado, de elaboración de medicina tradicional y máscaras, como las que suelen usarse para algunos de los bailes tradicionales, como la danza de los Cuanegros acostumbrada en las fiestas de Xantolo, cuando se espera la visita de las almas de los familiares ya fallecidos.

En las exposiciones de este año destacaron los textiles de la agrupación Sihuame Tlatsomani (mujeres bordadoras) de la comunidad de Tepecxitla, organizadas desde hace dieciocho años para, además de elaborar, preservar los conocimientos acerca de los procesos textiles y trasmitirlos a las nuevas generaciones como una forma de cuidar y honrar la sabiduría de sus ancestras. Una de las actividades que también se disfrutó en el evento fue el recital “Flores de Maíz”, con relatos, poemas y cantos en lengua nahua y zapoteca, destacando la participación de la maestra Mariana Alicia García, quien a través de los cantos en nahua comparte con las infancias los temas vinculados al maíz, como el proceso para la elaboración de las tortillas, y muestra así que desde el arte se pueden generar importantes materiales didácticos para la enseñanza de la lengua y la cosmovisión de los pueblos.

Para el segundo día, los festejos continuaron con el Elotlamanalistli o La Ofrenda del Elote, que consiste en que desde la alborada se acude a la milpa para recoger algunos elotes que luego serán vestidos de niña y de niño, quizás para recordar la necesaria complementariedad en el mundo,
y colocados en una canasta cargada por las mujeres ataviadas con su vestimenta bordada que danzan al ritmo de la Xochipitzahuatl (flor menudita) un son interpretado con violín, jarana y guitarra huapanguera, en honor a la Madre Tierra. Al tiempo que las mujeres danzan acercando las canastas con elotes a un altar montado especialmente para tal ceremonia, algunas personas mayores, conocedoras de los rituales, lo conducen con sus rezos y con la danza del copal frente al altar. Entre la gente, y como en toda celebración comunitaria, no podía faltar la comida y la bebida, como el adobo, las tradicionales albóndigas huastecas, tortillas calientes, agua de jobo, maracuyá, atole y aguardiente, etcétera, para recordarnos que sin la tierra, sin el agua y sin maíz, no puede florecer la vida.

 

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