Biblioteca fantasma
- Evelina Gil - Sunday, 17 Nov 2024 09:16
Imposible no tomarse personal la más reciente novela de la regia María de Alva, Todo lo que no sabemos (Hachette, México, 2024). No tengo idea, y no he querido preguntar, si parte de una historia verídica, pero todo está dispuesto de tal forma que uno la vive y la sufre como si lo fuera, lo que nos habla muy bien de su talento para crear atmósferas y tejer, de a poco, la malla de la intriga y del suspense. Por si no bastara, María ha sido perfectamente capaz de hilvanar un drama familiar a través de una narrativa coral de tipo intimista, con un thriller político de tintes periodísticos.
Todo parte de una laguna en el expediente familiar de dos familias que pierden un miembro en común de la manera más insólita posible. El ingeniero Antonio Vélez es un amoroso y responsable padre de familia, algo raro de encontrar en el México de los años setenta. Es, asimismo, el tío favorito de sus sobrinos, ése que funge como papá alternativo y que, en caso de faltar el progenitor, sabes que estará ahí para hacerse cargo. La autora logra que lo amemos a través de eventuales referencias, que incluso lo sintamos de nuestra familia o lo asociemos con algún otro tío o padre muy amado. En un día cualquiera, de ésos que ni siquiera es posible recordar si hacía calor o frío, a este hombre intachable y alma de las fiestas le disparan, a quemarropa, en pleno pecho. Así de sencillo como suena. En cuestión de segundos se desmorona la vida y, sobre todo, la seguridad de todos sus allegados. La incertidumbre corroerá hasta los cimientos la estructura familiar, y la cosa empeora cuando los argumentos más razonables, como sería una tentativa de asalto, se desgastan conforme se avanza en las investigaciones. Empezando por el hecho de que el ejecutor no era un raterillo intoxicado, sino miembro de una organización terrorista, en este caso, la legendaria Liga Comunista 23 de Septiembre. ¿Qué vínculos pueden existir entre un próspero profesionista de gustos sencillos y risa fácil con un grupo altamente ideologizado y fundamentalista?
Este complejo caso es rememorado, discutido, conjeturado y documentado por un grupo de personajes, entre ellos la hija mayor de Antonio, Cristina, quien estudia medicina y desarrolla una personalidad crítica y filantrópica. En la madurez es diagnosticada con cáncer y este trance, que visibiliza la certeza de la muerte y la coloca en el centro de la pesadumbre de la familia que ella ha formado, propicia que vuelvan los recuerdos, las dudas, las hipótesis y, en una palabra, el trauma por la repentina y brutal muerte de su padre. Qué horrores pueden agazaparse tras la imagen idílica de la prototípica y clasemediera familia feliz. “Las fotos de Facebook e Instagram también son así. Fotos que recrean la despreocupación [...] Hay que pregonar nuestra alegría, proclamarla a los cuatro vientos.”
Está asimismo la narración policíaca y periodística de los hechos. Escarbando en la intachable existencia de un señor que no tenía ni una mácula ciudadana, se encuentran con una serie de coincidencias pavorosas. Por ejemplo: Antonio Vélez se encontraba entre los pasajeros del vuelo 705 de Mexicana de Aviación, secuestrado el 8 de noviembre de 1972 por miembros de la Liga Comunista, en la que, junto a ciudadanos comunes como el propio Vélez, viajaban algunas personalidades del mundo de la política, el deporte y el espectáculo, es decir, no se trataba de un vuelo elegido al azar por los secuestradores. Aunque no hubo bajas, el primero de los pasajeros en ser liberado y que esa misma tarde retorna a casa sin un rasguño, es el ingeniero Antonio Vélez, quien no deja de manifestar dicha y extrañeza por lo que considera un milagro. Qué podía haber de extraordinario en él que los terroristas resolvieron soltarlo. ¿Y cómo es posible que los mismos que le salvaron la vida resolvieran quitársela posteriormente? Ahora bien: por alucinante que parezca, sería muy necio negar que las casualidades existen l