Cinexcusas

- Luis Tovar | @luistovars - Sunday, 16 Feb 2025 06:48 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Un arroyo que fluye

 

En la astronomía hay una máxima, según la cual “el universo no es bueno ni malo, sólo es indiferente”. Lo mismo vale para cualquier porción de dicho universo, póngase por caso la naturaleza, en cuya neutralidad –quitemos con esta palabra la noción, potencialmente negativa, de indiferencia– reside su verdadera esencia: erupciones, terremotos, huracanes, marejadas… ningún fenómeno natural implica intencionalidad alguna; es la forma en que se les percibe, a partir de las consecuencias que conllevan para la vida humana, lo que mueve a colocarlos en casilleros éticos.

Con lo anterior en mente, la idea de fondo de Flow (Letonia/Francia/Bélgica, 2024) revela más claramente su fuerza: omnipresente, imparable, inevitable, el ascenso de las aguas que súbitamente va sumergiendo casi todo bajo un volumen líquido inconmensurable, por fuerza tiene una causa natural aunque de ella se ignore todo: cómo empezó, hasta dónde y cuándo va a parar, y son tales sus dimensiones y su capacidad para borrar por completo el entorno, el contexto en el que se desarrolla la vida, que no puede hacerse nada más que tratar de sobrevivir, tarea en la cual salen sobrando –al menos por el momento– no sólo el conocimiento de la causa del fenómeno sino, sobre todo, su posible categorización; debería quedar claro que el universo, la naturaleza, simplemente son, pero sus afectaciones tienen el efecto inevitable de pensar en términos de “maldad” o “bondad”, según el caso… tratándose de seres humanos. ¿Qué sucede si un fenómeno natural, póngase por caso el referido ascenso de las aguas, es experimentado por otros seres vivos, no únicamente desinteresados en llevar a cabo categorización alguna, sino incapaces de realizar dicha abstracción?

Esa parecería ser la pregunta básica a la que responde la trama de Flow: prescindiendo de una antropomorfización que resulta cada vez más chocante, a la cual se está ya tan acostumbrado y que hace de los animales de animación meras proyecciones humanoides, aquí el gato, el capibara, el lémur, el secretario blanco
–así se le conoce al ave– y el perro labrador son los que son y lo único que buscan es sobrevivir a la colosal inundación. Con ser eso lo único que la película cuenta y muestra, es mucho más que suficiente para, literalmente y como quiere el clásico, mantenerse expectante, deseoso de que no sucumban, angustiado al verlos en riesgo de morir, maravillado frente a su solidaridad espontánea y su aceptación de la realidad… por supuesto, desde una perspectiva humana que, fantástica vuelta de tuerca extradiegética, inevitablemente ha de ser la que califique, categorice, asigne significado y sentido a los sucesos.

En letón, el título original de la cinta es Straume, que en español significa “arroyo”; en inglés ha sido rebautizada como Flow, que significa “fluir”.
Descontando la inevitable imprecisión a la hora de traducir, bien pueden mezclarse ambas traslaciones idiomáticas y arribar a la idea feliz de un arroyo que fluye... tanto si es vista en apego estricto a la trama como si se le quiere ver desde una perspectiva alegórica –ejercicio virtualmente inevitable–, la imagen es afortunada por precisa.

Como bien se sabe, toda cinta de animación es resultado de un esfuerzo multitudinario; empero, Flow debe ser considerada como una verdadera cinta de autor: además de haberla dirigido, Gint Zilbalodis –de nacionalidad letona y de quien se ignoraba absolutamente todo y, por cierto, no abunda información incluso después de su impresionante éxito internacional–, es responsable del diseño de producción, coautor del guión, fotógrafo, montajista e incluso coautor de la música. Por último, no es ocioso mencionar que Flow está hecha con el programa animador computarizado Blender, un software libre, de código abierto, lo cual significa que cualquiera puede descargarlo y utilizarlo. Tremenda y elegante bofetada con guante blanco a las multimillonarias exclusividades dreamworkescas, pixarescas y demás.

 

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