Pascal Quignard, las sombras y la angustia
- Alejandro García Abreu - Sunday, 02 Mar 2025 07:30



Pascal Quignard (Verneuil-sur-Avre, Normandía,1948) –extraordinario escritor e intérprete– es autor de libros fundamentales como como El salón de Wurtemberg (1986), La lección de música (1987), Pequeños tratados (1991), Terraza en Roma (2000), Las solidaridades misteriosas (2011) y El amor el mar (2022). En el número de Studi Francesi dedicado a Quignard, Mireille Calle-Gruber, escritora y profesora de La Sorbonne, dice que en los tratados hay un silencio inefable. Son la solución peculiar que Quignard inventa para romper con el discurso oral y la filosofía, para afirmar el silencio paradójico de la literatura y de la música. El ganador del Premio Formentor de las Letras 2023 considera sus Pequeñostratados (traducción de Miguel Morey, SextoPiso/kurimanzutto, Madrid, 2016) –publicados originalmente por Maeght Éditeur de la Galerie Maeght– como su firma, su casa y su nombre.“La escritura que nos propone Pascal Quignard en sus Pequeños tratados está trufada de pequeños enigmas”, plantea Miguel Morey, catedrático Emérito de Filosofía. Los tratados son el eje de esta conversación.
–En Pequeños tratados aborda la muerte en múltiples fragmentos, de modos diferentes. En el “Tratado XIX. Las reliquias de los granos” afirma: “Nada protege de la angustia de la muerte.” ¿De qué manera recapitularía el tema actualmente?
–Escribí sobre el vacío y la muerte que están en todos nosotros, de manera perenne. Me expresé sobre la elegía, el tiempo, la soledad, la noche, el sacrificio, la inmovilidad, el miedo, la pérdida, la paralización, los límites, la extinción de los mundos, la ausencia, el precipicio, la destrucción, la historia, el silencio, la aprehensión, lanada, el duelo, la incoherencia, los supervivientes, el estertor, las sombras, el llanto, la tristeza, la agonía, el desgarro y la invisibilidad, aspectos inherentes a la muerte. Estos temas resultaron fundamentales en mis reflexiones. Insisto en quenada nos salvaguarda de la inquietud que provoca la muerte.
–¿Qué agregaría a esta suma de conceptos trascendentes en función de los libros?
–Que en mi país natal la primera marca de un impresor apareció en diciembre de 1483. Se trata de un Ars moriendi –el arte de morir– publicado en la capital por Guy Marchant. Es fascinante.
–Articuló sobre las “lenguas decrépitas.” ¿Cómo las percibe actualmente?
–Pienso en la escritura sumeria precuneiforme del año 3300 aC que aún no se ha interpretado.
–Ahondó en el trabajo de la escritora inglesa Mariana Starke (1762-1838).
–Me referí a sus relatos de viaje y a las estrellas referidas en las guías Michelin y Baedeker.
–En el “Tratado XX. Lengua” dice: “Las artes no conocen el progreso.” ¿Cuál es su concepto del arte?
–Me referí –principalmente a los libros, pero al arte en general– a que se realizaron obras pretéritas, de múltiples épocas, cuya exquisitez y magnificencia nunca serán superadas.
–En el “Tratado I. Tratado sobre Cordesse” asevera: “Todas las mañanas del mundo carecen de retorno. Y los amigos. Tácito dice que no hay más que una tumba: el corazón del amigo.” Posteriormente alega, en el “Tratado XXIII. La garganta degollada”: “La escritura es una locución ‘casi vacía.’ Y extraordinariamente interiorizada.” Hace alusión a Michel de Montaigne y a Étienne de La Boétie. ¿Por qué puso en duda su amistad?
–He ahondado en la trascendencia de la simpatía. Louis Cordesse –pintor y dibujante– murió de cáncer en 1988, y su enfermedad suscitó una hemorragia al final de sus días, lamentablemente. Tenía cuarenta y nueve años cuando falleció. También dije que Michel de Montaigne conoció solamente un poco a Étienne de La Boétie y que al primero le satisfizo el fallecimiento del segundo. Posteriormente Montaigne ideó la amistad que sostuvo con él y la formuló como un pulcro y completo vínculo entre dos grandes mentes, una absoluta ficción. Lo escribió después de la muerte de La Boétie.–“Una tachadura de Eugène Fromentin, y sobreuna frase casi mesopotámica. ¿Cómo desempatarentre el cuerpo-que-se-convierte-en-lluvia y elcuerpo-que-se-convierte-en-vapor?”, se lee en el“Tratado LVI. Longino”, el último. ¿Cómo interpretala tachadura del artista y escritor francés?–Me referí a la bruma y a la sublimación, entendidacomo enaltecimiento y, asimismo, como elpaso del estado sólido al gaseoso. Pensé en el pasodel tiempo y en que los seres humanos intentamos,constantemente, evaporizar aquello quepesa en el ser, en la existencia. Por ello recurrí ala tachadura.