Feria Independiente del Libro de Arte (FILIA)

- José María Espinasa - Sunday, 09 Mar 2025 10:10 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Las ferias del libro son una muestra fehaciente de la fuerza y resistencia del libro físico en contraste con los libros digitales. Esto queda demostrado en la reciente Feria Independiente del Libro de Arte (FILIA), que aquí se reseña atendiendo a tres proyectos de editores/artistas plásticos.

 

En febrero, Ciudad de México vivió una enorme efervescencia en el terreno de las artes plásticas. La ZonaMaco, boyante desde hace ya varios años, ha segregado otras zonas y una actividad intensa en galerías de arte y museos (en éstos menos, curiosamente). Así, bajo la enorme actividad social con visibles dejos de frivolidad se pueden dar síntomas diversos: mucho dinero y mucho interés, mucha especulación de mercado y poca ‒nada‒ de crítica y análisis. Se podrá pensar que eso viene después y que requiere reflexión, pero esta es ya la versión veintiuno de la feria y no se ha producido ese fenómeno. Uno de los eventos con tintes novedosos fue la Feria Independiente del Libro de Arte.Desde la llegada al lugar, el restorán Covadonga en la calle de Puebla en la Colonia Roma, sitio que hace ya décadas se ha vuelto el lugar obligado en que recalan los asiduos a las inauguraciones y presentaciones de libros, sorprende que hay mucho público ‒fui el primer día‒ y que el espacio esté abarrotado de expositores. Provoca la nostalgia por aquellas ferias de editoriales independientes que el Fondo de Cultura Económica hospedaba hace ya años y que se deberían retomar. Las nuevas tecnologías han producido un cierto abaratamiento en los costos de producción y una notable experimentación gráfica, que suele incorporar la crítica en plan meme o, para usar un término ya centenario, ready made.

Así es desde la tarjeta postal hasta el libro objeto, pasando por los libros convencionales. Sin embargo ‒no lo sé de cierto‒ da la impresión de que se ignora una producción más “proletaria” o marginal, en que la gráfica que usa aun métodos tradicionales ‒desde tórculos antiguos hasta las prensas caseras promovidas por el querido y añorado Felipe Ehrenberg. El foro adjunto a la zona expositiva despertó también interés del público por conocer las ideas y experiencias de los editores/artistas plásticos.

Una de las reflexiones inevitables es la condición refractaria que tiene el libro de arte, por su propia naturaleza, a la edición digital: no se ve de la misma manera la página -aunque ésta sea un póster- que una pantalla, en ella la experiencia de la imagen no es una imagen. Volveré sobre este asunto tan complejo en otra ocasión. Una paradoja mínima, aunque curiosa: los editores en papel no hacen tarjetas de presentación, te señalan cuando preguntas por sus datos de contacto un código de barras o un link de internet o te piden que los busques en alguna plataforma.

Pongo tres ejemplos representativos: piedraediciones se define a sí mismo como “una serie de publicaciones que surgen a partir de la conversación y de procesos que conciben el libro como un espacio de experimentación para proyectos artísticos, pensando al libro como un espacio idóneo para la colaboración y el intercambio. Cada título se convierte en una pieza múltiple y simultánea que posibilita nuevas lecturas”. Definición que serviría prácticamente para todos los proyectos de la Feria. Aliaseditorial, proyecto impulsado por Damián Ortega, es un modelo que habría que seguir porque, a pesar de la condición de artista plástico, se interesa ante todo en el texto. Miauediciones es un Spin-off editorial de Gato Negro Ediciones, un proyecto editorial feminista independiente que trabajará principalmente con artistas, escritoras, ilustradoras, editoras y creadoras. Este proyecto estará enfocado en diversos espectros como teoría, coyuntura política y social, gráfica, fotografía y libros de artista, entre otros. Miauediciones se describe así: “es un Spin-off editorial de Gato Negro Ediciones, un proyecto editorial feminista independiente que trabajará principalmente con artistas, escritoras, ilustradoras, editoras y creadoras. Este proyecto estará enfocado en diversos espectros como teoría, coyuntura política y social, gráfica, fotografía y libros de artista, entre otros”. Para terminar esta crónica: el uso del término Spin-off muestra otro síntoma: la cada vez más abrumadora presencia del inglés en este segmento editorial.

 

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