La flor de la palabra

- Irma Pineda Santiago - Sunday, 16 Mar 2025 08:56 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Las lenguas en la tribuna

 

Si alguien observa el desarrollo de una sesión en el Congreso de Oaxaca, notará algo que no se ve en otros Congresos: la presencia de las lenguas indígenas en voz de los legisladores, quienes dan un saludo, alguna frase o discurso en sus idiomas originarios desde la tribuna. Quizá al principio se escuchaba extraño, ahora es lo cotidiano. En la Cámara de Diputados Federal ocurre algo parecido, aunque no son los diputados quienes hablan, sino que al inicio de cada sesión ordinaria participa alguna persona invitada con la intención de presentar un mensaje en su propia lengua materna. Esto ocurre a propuesta del escritor y comunicador Mardonio Carballo, quien desde 2019 propuso al entonces presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, un espacio para visibilizar las lenguas mexicanas en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, decretado por la UNESCO.

La intención de esta propuesta es noble, la participación de cada una de las personas que han hablado desde la tribuna ha sido brillante y digna, y reivindica la presencia indígena en este país, ya que además de mostrar el sonido de sus lenguas, en los breves minutos que les otorgan aprovechan el espacio para hablar de alguna problemática que afecta a su comunidad o su entorno. Desafortunadamente no todo es belleza, ya que estos discursos se presentan cuando la mayoría de los legisladores aún no ha llegado a su respectiva curul, y los que están priorizan sus charlas personales y sus cabildeos, sin prestar atención al mensaje que se les comparte. La atención se dispersa porque la mayoría de los legisladores no conoce y no entiende la lengua que escucha y, aunque en las pantallas de la sala se presenta la versión en español, muy pocos levantan la vista para leerla.

Para quienes observamos la situación descrita es lamentable que los diputados federales no muestren el mínimo interés por conocer la diversidad lingüística de México. Eso sí, están muy pendientes para tomarse la foto con la persona invitada, que además suele lucir su vestimenta tradicional, para presumir que tienen interés por los pueblos indígenas o simplemente para mostrarla en sus redes sociales como un souvenir más. Esto no debe desanimar la presencia de las lenguas originarias en la tribuna, puesto que las voces indígenas sí son escuchadas por miles de personas que a través de los medios de comunicación, principalmente por las redes digitales, se enteran y se entusiasman porque uno de sus hijos o hijas tomó la palabra desde la tribuna, y no cualquier palabra, sino “su palabra”, aquella con la que habitan el mundo, con la que describen su entorno, su pensamiento y su historia, aquella que frente al racismo se presenta en el pleno del Congreso Federal.

He visto a mis paisanos emocionarse y compartir el video donde alguna hermana o hermano indígena está en la tribuna, llevando la palabra originaria junto con el orgullo, la dignidad y la alegría de los pueblos y comunidades que son la raíz de este país y su presente más promisorio. También los he visto lamentarse por la ausencia o la indiferencia de los diputados mientras su palabra resuena en el recinto; los he escuchado decir que es una vergüenza que, aun cuando llegan a sus espacios de trabajo, no escuchan la belleza de las lenguas, la importancia de los mensajes, y no se enteran de los problemas y conflictos que se denuncian.

Lo que olvidan los insensibles legisladores federales es que las lenguas indígenas saben de persistencia, saben ser como esa gota de agua que al paso del tiempo logra horadar la piedra. Olvidan también que los pueblos originarios, esos mismos que han sido calificados como “necios”, saben de paciencia y, si ya han logrado subir a la tribuna, seguirán proponiendo diversas acciones, no sólo para ser vistos y escuchados, sino para lograr el ejercicio pleno de sus derechos, a pesar de la sistemática discriminación que aun los persigue.

 

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