Artes visuales

- Germaine Gómez Haro | [email protected] - Saturday, 05 Apr 2025 22:02 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
La Amazonia: el palpitar del planeta (I de II)

 

La Amazonia es uno de los territorios de mayor diversidad en el mundo, con una extensión de más de siete millones de kilómetros cuadrados a lo largo de nueve países: Brasil, que constituye el sesenta y un por ciento del área, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Ecuador, Surinam y un mínimo porcentaje de la Guayana Francesa. Se considera el “pulmón de la tierra” por su contribución a la conservación natural del planeta gracias a su capacidad de absorción de toneladas de dióxido de carbono, pero también se la ha visto como una fuente inagotable de riquezas naturales que han atraído la codicia de conquistadores y usurpadores desde los remotos tiempos de su descubrimiento. El Museo de Antropología presenta la exhibición Amazônia de Sebastião Salgado (Brasil, 1944), uno de los fotógrafos documentales más influyentes de la actualidad, cuyo trabajo de profunda esencia ética y humanista se ha centrado por más de cincuenta años en el registro de temas sociales, medioambientales y humanitarios, con un enfoque de denuncia a través de imágenes poderosísimas de asombrosa calidad estética. Así lo expresa el artista de la lente: “El motivo de esta exposición es concienciar a todo el mundo de la necesidad de proteger el ecosistema amazónico y las comunidades indígenas.” A través de 230 imágenes, Salgado hace un llamado a romper la indiferencia social e invita al espectador a solidarizarse con los pueblos originarios que han sobrevivido a la brutalidad de los blancos y su insaciable codicia, sin reparar en el hecho de que el exterminio de ese territorio es sinónimo de la aniquilación de nuestro planeta. Según cifras oficiales, entre el dieciocho y el veinte por ciento de la selva tropical ya ha sido desforestada y otro treinta y ocho por ciento se está degradando a alta velocidad. Si no hacemos frente a este desastre a nivel global, el colapso del ecosistema amazónico es inminente.

La exposición está curada y diseñada por la compañera de vida del fotógrafo, Lélia Wanick Salgado, quien ha creado un espectacular montaje visual a través de un recorrido serpenteante que emula el fluir de los ríos marcado por las fotografías suspendidas del plafón; el visitante se topa con unos cubículos que evocan las chozas indígenas tradicionales en las cuales se presentan retratos de personajes de distintas comunidades amazónicas. Es conmovedora la solemnidad de hombres, mujeres y niños que posan para el fotógrafo con gran dignidad y elegancia. Es la belleza pura de estos seres humanos poseedores de una sabiduría ancestral que no cesan de luchar por la defensa de sus tradiciones. El espectador no se puede perder los videos testimoniales que acompañan estos retratos, donde vemos a diversos líderes indígenas hablar sobre la relevancia de sus selvas tropicales y los derechos inalienables sobre su territorio, un hábitat originario de unos 188 pueblos indígenas que hablan más de trescientas lenguas diferentes, y que ha sido violentado sin piedad por los garimpeiros (buscadores de oro) y por los propios gobiernos corruptos que avalan toda suerte de prácticas ilegales. También se incluyen dos salas con proyecciones, una de paisajes musicalizados con el hermoso poema sinfónico Erosión del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos, y la otra con retratos indígenas acompañados de una composición de Rodolfo Stroeter. Así, acompañada por la banda sonora compuesta ex profeso por Jean-Michel Jarre, Amazônia resulta una experiencia sensorial inmersiva en la que el visitante se deja abrazar por la avasalladora exuberancia de la selva tropical y sus habitantes, la frescura y las texturas de sus ríos, montañas y cielos encapotados, cuyo palpitar nos advierte del frágil equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Amazônia no es una magnífica exposición de fotografía más, es un manifiesto ecológico-político que infiere en nuestro devenir global y que nadie se debe perder. (Continuará)

 

 

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