La flor de la palabra

- Irma Pineda Santiago - Sunday, 13 Apr 2025 12:43 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
La fuerza de la unión

 

El canto del caracol interrumpe las charlas, los asistentes vuelcan la atención sobre una pareja Comca’ac que está al frente. Inicia el ritual, la ceremonia de saludo a los cuatro brazos del mundo. Nos acompañan el aroma de la salvia y cerca de cien representantes de diferentes comunidades indígenas reunidas en Isla Arena, Campeche, para conversar acerca de los retos que enfrentan y juntos pensar y proponer formas de superarlos. Agrupados en el colectivo Comunidades por la Autonomía, este es el segundo encuentro que realizan. En el primero hablaron de las amenazas que viven en los territorios y este año desean volver a casa con acuerdos que los fortalezcan.

Vienen de lugares lejanos, como Colombia o Sonora, de Michoacán o Oaxaca y de algunos más cercanos, como Belice, Yucatán y Campeche. Reflexionan acerca de la modernidad que ha provocado la separación de las personas de la naturaleza, por lo que es necesario propiciar que las nuevas generaciones se reconecten con el entorno natural. Señalan también que las instituciones y empresas usan lenguajes muy técnicos para hablar de los alcances de los megaproyectos sin claridad respecto a los beneficios o afectaciones que provocan, y que buscan engañarlos con el fin de explotar la riqueza de las tierras, del agua, del sol y del aire, sin que esto se refleje en riqueza para los pueblos indígenas.

Por lo anterior, consideran necesario implementar talleres o diplomados para conocer los derechos de los pueblos indígenas y para contar con herramientas legales para defenderse. También es importante recuperar la fuerza de las asambleas, así como rejuvenecer a las mismas, es decir, que la juventud se prepare espiritual e intelectualmente para asumir las responsabilidades de representar a sus pueblos y de luchar por mejorar sus condiciones de vida, lo que implica no solamente exigir los derechos establecidos en la Constitución Mexicana y en los tratados internacionales, sino enfrentar las adversidades, a las empresas o a los distintos niveles de gobierno cuando las decisiones o reglamentos contradicen los usos y costumbres, o las reglas establecidas por cada pueblo o comunidad indígena al interior de su territorio.

Para ilustrar lo que señalan mencionan dos casos, el de las empresas eólicas que hacen contratos por décadas, sin informar de las afectaciones por derrames de aceites o la interrupción del paso de aves, y el de los daños ambientales que provocaron las obras del Tren Maya, recientemente reconocidos ante medios de comunicación por Alicia Bárcena, titular de la Semarnat. Se habló también de las poblaciones indígenas que están organizadas y cuentan con guardias comunitarias, las cuales son señaladas como delincuentes por las autoridades oficiales que no pueden o no quieren entender las formas de gobierno y de organización de las comunidades originarias.

La unión hace la fuerza y recuerdan algunas experiencias exitosas, como las del pueblo purépecha de Cherán, donde los pobladores se unieron para expulsar de su territorio a quienes destruían sus bosques y siguieron luchando hasta lograr su autonomía política. Esto lo cuentan quienes lo vivieron, lo que enciende los ánimos de la gente reunida, y hablan de “soñar colectivamente” o de “las mingas del pensamiento”, como dicen los que vienen de Colombia. El sueño parece tomar forma luego de dos días de intercambios en mesas de trabajo y charlas con representantes de distintas organizaciones indígenas, así como con abogados y académicos de pueblos originarios. Se acuerda entonces crear el Consejo Peninsular por la Autonomía Indígena y que cada participante regrese a sus comunidades a informar a sus asambleas de lo conversado y acordado. Una voz señala que la lucha por la autonomía es la defensa de la vida, del territorio y de la identidad. Dice Don Feliciano, con su acento maya: “Hace mucho tiempo que yo tenía este sueño, porque es para luchar, no es la lucha de uno, es de todos.”

 

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