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- José Rivera Guadarrama - Sunday, 11 May 2025 09:32



En la Antigüedad, Pitágoras de Samos aseguraba que las estrellas y los planetas emitían música, pero que eran sonidos poco perceptibles a los seres humanos. Esta idea es conocida como “la teoría de la armonía de las esferas”, la cual asocia a cada uno de los siete planetas un sonido consonante. El problema es que ningún ser humano, hasta el momento, tiene la capacidad de manipular esos sonidos, es decir, no se puede hacer música con aquellas resonancias porque escapan a nuestras posibilidades.
Sin embargo, hay un instrumento natural considerado como el más grande del mundo, en el cual los seres humanos sí pueden componer música. De hecho, se han grabado discos y piezas a partir de ese mecanismo sonoro. Se trata del Great Stalacpipe Organ, traducido como el Gran
Órgano de Estalactitas, ubicado en las profundidades de la caverna Luray, situadas en el este de Estados Unidos. De manera más concreta, se trata de un litófono construido a base de treinta y siete estalactitas. A cada una de ellas se le colocó un pequeño martillo que se activa al presionar una tecla concreta conectada a un órgano central, construido por la empresa Klann Organ Supply. Así, en función de la longitud y la forma de la estalactita, se produce una nota en concreto, que puede escucharse sin ningún tipo de altavoz o amplificador.
Este instrumento mide poco más de 14 mil metros cuadrados, fue diseñado y construido en 1954 por el matemático e ingeniero eléctrico Leland W. Sprinkle, quien logró que el sonido pueda escucharse desde casi todos los lugares de estas cavernas.
Sprinkle trabajó en este instrumento durante un período de tres años, fue estudiando las estalactitas y utilizó trece diapasones ingleses para poder encontrar las que producían notas concretas. Incluso, algunas estalactitas tuvieron que ser talladas o rebajadas para afinar su sonido y que produjeran la tonalidad buscada.
El resultado de ese trabajo lo consiguió mediante la elaboración de un sistema de mazos conectados a un órgano central, empleando para ello más de ocho kilómetros de cableado. De tal manera que, cuando se pulsa una tecla, se activa una especie de martillito que golpea a la estalactita, produciendo una nota musical. El trabajo para lograrlo ha sido complicado, incluso prevalece una ligera latencia entre la pulsación central y el sonido, además de que la resonancia no es uniforme, por lo que algunas notas se escuchan con más retraso que otras.
A pesar de estas ligeras fallas, se han realizado conciertos utilizando este instrumento musical natural, como el realizado por el organista Otto Pebworth, quien tocó la Sonata para piano número 14, mejor conocida como Claro de luna, del compositor alemán Ludwig van Beethoven.
A lo largo de su existencia, con este órgano de estalactitas naturales se han realizado diversas grabaciones de estilos musicales diversos, por ejemplo, el álbum Midnight In The Caverns, con obras arregladas e interpretadas por Monte Maxwell. Más recientemente, en 2012, el grupo finlandés de pop y electrónica Pepe Deluxé incluyó en su cuarto trabajo discográfico el tema “Queen of The Wave”, en el cual emplea este instrumento natural.
Además, el Great Stalacpipe Organ ostenta el récord Guinness como el instrumento más grande del mundo. Otra de las ventajas es que las piezas que se han grabado en ese lugar se pueden escuchar vía internet, uniendo música y naturaleza en un mismo espacio, parecido a lo que Pitágoras imaginaba con su idea de las esferas sonantes.