La otra escena

- Miguel Ángel Quemain | [email protected] - Sunday, 11 May 2025 09:27 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Rossana Filomarino en la lectura de Olguín (I de II)

 

El ingreso de Rossana Filomarino a la Academia de Artes fue más que un acto protocolario de ingreso y contestación de un discurso obligado para los académicos de número. Es una reflexión histórica, técnica, en el orden de lo autobiográfico y lo testimonial, una perspectiva estética sobre el transcurso de un conjunto de propuestas que han modelado las ideas sobre la danza mexicana y latinoamericana.

La importancia de Rossana Filomarino en la historia de la danza contemporánea, su capacidad de generar creaciones y proyectos a través de estudiantes e intérpretes de una gran fidelidad estética, por su propio magisterio como propuesta pedagógica y por su enorme trabajo creador, por las ideas que propuso para marcar su ingreso a la Academia de las Artes, la inclusión de una gran variedad de creadores y tradiciones, la capacidad de asimilar y discutir con otras ideas estéticas, este discurso cobra un valor histórico que discute con las aportaciones del pasado y con los aportes del mundo académico de las universidades que le han dado un lugar significativo a la danza contemporánea como práctica escénica y discursivo estético.

Voy a iniciar estas entregas con la lectura de David Olguín, presidente en turno ese día de la Academia, pero cuya experiencia como artista, dramaturgo, director, editor y ensayista ofrece una lectura muy singular por su oblicuidad con la danza: “Pensar la danza no es tarea fácil. La reflexión técnica es más bien escasa en nuestro medio. De ahí la importancia de este discurso de ingreso a la Academia Mexicana de Artes. Pero Filomarino piensa y articula ideas con el cuerpo, desde el cuerpo y para el movimiento (‘fui bailarina, ya no bailo, pero bailé hasta los 68 años’‒cuenta por ahí). Esa forma de pensar queda clara en los versos de Gertrude Stein que dan título a mi escrito: ‘Ella estaba pensando entonces. Ella estaba bailando’.”

El discurso de Olguín es una auténtica compañía para Filomarino que discute qué danza, quién ejecuta, para quiénes, dónde, en dimensiones de temporalidad programática, autónoma o independiente y en diálogo con el mundo: raíz y futuro.

Destacaré algunos de los puntos de Olguín que gloso aquí:

En el campo teórico, una discusión interesante es la de elegir y ser elegido. El proceso que refiere Olguín es complejo, sutil, documentado y preciso. No se trata de la idea tradicional de vocación sino de descubrimiento y encuentro, lo que desdice las ideas tan tradicionales de promoción, difusión y creación de públicos que implican el descubrimiento de vocaciones.

Esto define radicalmente el encuentro de Filomarino con la Danza: “El 22 de junio de 1945, se fue a Nueva York en busca de eso que tenía necesidad de hacer y entró al estudio de Martha Graham. Ahí encontró su mundo, su especialidad técnica en la danza contemporánea y una maestra, un demonio familiar que le dio, entre tantas cosas, una frase que cita una y otra vez: ‘la danza se transmite de piel a piel’… una manera de vida; todo lo demás: el amor, la casa, los hijos, los amigos, todo va como a la par, va involucrado en esto”.

Guillermina Bravo la invitó y “a mis 21 estrené mi primera coreografía en el Palacio de Bellas Artes”. Y ahí entró en la dimensión Bravo: “pasión, tesón, disciplina, carácter, perseverancia, trabajo, algo que, al decir de Marco Antonio Silva, convirtió las clases de Rossana en un referente de claridad técnica”. En esa claridad está la longevidad, ella misma lo refiere: el dominio técnico garantiza la salud física del bailarín.

Refiere Olguín: “Sin duda, se piensa bailando y se baila haciendo, y por eso ella escribe para el movimiento, la energía y la composición. Si una obra nace de la necesidad, se sabe cómo determinar el tema, se configuran imágenes, hay metáforas y conexiones de índole poética, se sabe el tono para expresar y el formato que incluye el número de ejecutantes, es posible construir en escena”. (Continuará.)

 

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