Artes visuales
- Germaine Gómez Haro | [email protected] - Sunday, 18 May 2025 09:22



La comarca lagunera cuenta con un notable museo poco conocido en el resto del país a pesar de sus casi dos décadas de existencia: el Museo Arocena en Torreón, Coahuila, complejo cultural integrado por la Casa Histórica que perteneciera al empresario vasco que emigró a México, Rafael Arocena Arvide, el Edificio Arocena, que alberga la colección de la familia conformada por más de 2 mil obras de arte español antiguo, arte prehispánico, virreinal y contemporáneo mexicano, y el Edificio Russek, construido posteriormente para recibir exhibiciones temporales. En este espacio se presenta actualmente un ambicioso proyecto impulsado por el historiador y crítico de arte, curador y profesor Erik Castillo, quien entrevera tres visiones distintas de dos artistas contemporáneos que han trabajado de manera individual y juntos. La exhibición Versus. Agustín Castro Agustín Portillo, reúne tres cuerpos de obra: Infancia interruptus (2016-2024) que presenta los trabajos realizados en colaboración, un par de trípticos de la autoría de cada artista y las series pictóricas Vía Crucis, Pasión Iztapalapa (2015-2017) de Agustín
Castro y Las arte aventuras de Agustín Portillo (2009-2010).
Este singular guión curatorial tiene su origen en el libro Versus publicado en 2019, en el que Erik Castillo configura el trabajo de los dos artistas en un ejercicio de curaduría que lo llevó a concretar la presente exposición que pone en relieve la producción de los autores bajo el modelo de colaboración y “espejeo”. El primer núcleo de la muestra presenta tres pinturas realizadas al alimón de la serie Infancia interruptus que dan cuenta del ejercicio plástico y conceptual que han trabajado en conjunto, cuyo motor ha sido la denuncia y la crítica feroz a la violencia infligida a niños, niñas y adolescentes en nuestro mundo actual, en el que la miseria, la explotación y la falta de recursos y posibilidades ha dado pie a situaciones aberrantes e inadmisibles. La serie completa de veinte cuadros se presentó recientemente con un éxito inusitado en varias sedes de la república: Oaxaca, San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tuxtla Gutiérrez y Real de Catorce. El segundo capítulo reúne un par de trípticos individuales que representan, a decir del curador, “la ciudad como entidad biosocial multitemporal, majestuosa e infinita, y la dinámica social como experiencia claroscura, fascinante y decadente a la vez”. El tercer apartado pone en diálogo dos series individuales de los creadores que resultan emblemáticas en sus correspondientes trayectorias: Vía Crucis. Pasión Iztapalapa, de Agustín Castro, es una serie narrativa que representa a manera de storyboard pictórico el ritual de la Pasión de Cristo que se lleva a cabo en ese barrio profundo de Ciudad de México cada año desde 1833, y que forma parte medular de la cultura popular y del imaginario colectivo de nuestro pueblo. Las arte aventuras de Agustín Portillo se presentó la primera vez en Casa Lamm (CDMX) en 2009, también es una serie narrativa, pero de carácter irónico, sarcástico e irreverente plasmada a manera de tira cómica en el lenguaje pop característico del género, en el que Portillo hace una crítica mordaz y divertida del medio social del arte a través de una historieta en la que él mismo es el protagonista.
El trabajo al alimón de Castro y Portillo reunido en esta exposición que esperamos ver en CDMX próximamente, alienta la interesante hipótesis del curador: “¿Existe aquí un yo artístico transpersonal, algo así como una meta-autoría, más allá de la identidad individual de dos artistas que generan una plataforma simbiótica de obra?” Considero que la colaboración de estos autores va más allá del ejercicio plástico y revela la calidad de factura y buen oficio de cada uno, y su aportación como cronistas visuales de esa faz abyecta de nuestro mundo global plasmada en la serie Infancia Interruptus deja una huella indeleble en el arte de nuestros días.