Bemol sostenido

- Alonso Arreola | @escribajista - Sunday, 18 May 2025 09:29 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Interstellar Drum Derby

 

Recientemente, la banda de rock Primus pasó por un notable proceso de audición. Sus miembros fundadores, Les Claypool (voz, bajo) y Larry Ler LaLonde (guitarra), anunciaron que el más icónico de sus bateristas, el extraordinario Tim Herb Alexander, con quien habían tenido una larga historia de encuentros y desencuentros, dejó de responderles mensajes y llamadas telefónicas. Con numerosos conciertos en puerta, necesitaban un reemplazo urgentemente. Dada la circunstancia, tenían tres opciones. La más práctica: contratar a un músico de sesión, experto en lectura y memorización. Un empleado a sueldo. La más llamativa: pedirle el favor a alguno de sus amigos famosos para salir del paso. Ello aseguraría la venta de boletos, aprovechando el morbo y subrayando el encono de la fanaticada hacia Herb. La tercera opción merece párrafo aparte.

Había que tomarse en serio el asunto y encontrar a un cómplice que contribuyera activamente con el conjunto. Hablamos de hallar a un socio creativo, pero también de negocios; un artista que pudiera aportar ideas y llevarse un crédito en futuras grabaciones, entrevistas, sesiones fotográficas y regalías. Algo pocas veces visto en bandas de esa trayectoria.

Surgido en los años noventa, Primus asaltó la escena alternativa del rock anglosajón llevando una estética de nicho al panorama global. La irreverencia, lenguaje y virtuosismo que poseían no tenían ni han tenido parangón. ¿Influencias? El surrealismo de Captain Beefheart; el universo escénico de Frank Zappa; la elegancia progresiva de Rush; la fuerza de Metallica.

Las letras de Claypool están llenas de personajes atípicos con nombres, profesiones y situaciones de ácida especie (Mud, Jerry, Tommy, Wynona, Lou). Para presentarlos en vivo, además, el bajista suele usar máscaras y elementos teatrales. Nada de ello, empero, los distrae de ejecuciones de altísimo nivel, pese a la rudeza y la disonancia controladas. Allí un asunto relevante.

Escuchar a Primus significa retar a la consonancia. ¿Cómo sucede eso? En la teoría armónica, lectora, lector, hay un intervalo entre dos notas llamado tritono (porque las separa por tres tonos). La ausencia o presencia de ellas en acordes, arpegios y melodías, por la función que tienen en la escala, reduce o intensifica esa tensión que pide “resolver”. Pues bien, muchas de las composiciones de Primus sustentan su carácter en ese choque exaltado por tímbricas rugosas nacidas en el bajo distorsionado (con y sin trastes), a través de técnicas mixtas; en el contrabajo teñido por arco sobre efectos espaciales; en guitarras que prefieren gestos y gérmenes disminuidos por encima de progresiones formales; en la voz que cambia de micrófono para internarse en un flujo de conciencia diferente.

Dicho eso, el proceso para encontrar al nuevo baterista fue mucho más cuidadoso e interesante de lo usual. Lo puede ver en los doce capítulos del Interstellar Drum Derby disponible en su canal de YouTube. Por allí pasaron grandes exponentes del instrumento (Thomas Lang y Gergo Borlai incluidos), pero el triunfador fue John Hoffman, un tipo desconocido y notable que recién debutó con el grupo en República Dominicana.

¿Por qué ganó? Talento, personalidad y, sobre todo, porque no es un “huesero”, de ésos que eligen al mejor postor . Verlo atravesar ese proceso fue un recordatorio de lo que significan la pertenencia y la sociedad artística. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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