La otra escena

- Miguel Ángel Quemain | [email protected] - Sunday, 08 Jun 2025 08:01 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Mulato Teatro, la afrodescendencia fecunda

 

Un conjunto de acontecimientos sucede de manera muy vertiginosa en las artes escénicas y apenas hay tiempo de descifrarlo o colocarlo en los dispositivos pertinentes, para que se articulen la memoria y un presente al que regresan protagonistas y obras muy significativas para nuestro quehacer escénico.

El Primer Festival Internacional Afroescénico es uno de los acontecimientos más importantes de este año, porque se consolida la visibilidad de un esfuerzo que a lo largo de muchos años, más de una década, han hecho posible artistas de la escena de un enorme rigor y pasión que, a pesar de tormentas y adversidades, logran conjuntar una programación de gran diversidad, toda de notable calidad y en muchos casos probada en distintos escenarios.

Marisol Castillo y Jaime Chabaud han sido los protagonistas de este esfuerzo de manera radical. Tengo que decir que Chabaud, desde muy joven, hizo de los asuntos históricos, sobre todo novohispanos del centro del país hasta Mesoamérica un asunto de indagación, de investigación, de edición y creación dramatúrgica. Desde el inicio de su interés artístico, Chabaud tuvo el rigor de acercarse a los archivos, a las publicaciones añejas, a los esfuerzos universitarios y académicos, para atender una cuestión añeja que le ha dado como retribución una obra dramatúrgica de la más alta calidad.

Antes de conocer a Marisol Castillo, Chabaud manifestó la voluntad de entender varios procesos que estaban en nuestro teatro, pero muy atomizados, dispersos, que en realidad eran abordajes que ponían a discutir temas que tenían que ver con enfoques esencialistas nacionales o religiosos.

Chabaud tuvo la decisión de profundizar en determinaciones vinculadas con la historia, pero también con la antropología, la ciencia política, la economía, la hermenéutica y, por supuesto, con el papel de la Iglesia y con los incipientes temas de derechos humanos, al poner sobre la mesa el tema de la esclavitud y la tortura, la edición de unos criterios criminales sobre etnias que permanecieron enjaulados en criterios político-jurídicos para beneficio de unos cuantos.

Arte, activismo y territorio enmarcados en lo que Marisol Castillo bautizó como juntanza de talentos y vocaciones. Mulato Teatro es la nave en la que llega y zarpa todo esta fuerza de la negritud continental, porque eso han logrado estos mulatos en estos veinte años de trabajo, los cuales les dan la fuerza para seguir adelante a pesar de que es uno de los momentos más difíciles para el teatro mexicano sobreviviente de la pandemia, y las fundaciones postpandémicas que surgen de las
voluntades de jóvenes que egresan
de las distintas escuelas de teatro nacionales que, en un conteo reservado, ponen en la calle a cerca de cuatrocientos egresados cada año, que buscaran darle dirección a sus pasiones escénicas en un escenario nacional cada vez más precario.

Marisol Castillo no dejó de agradecer durante todo el festival que transcurrió del 22 de de mayo al 1 de junio. Esto es el inicio de un gran festival que definitivamente tiene que acoger los tres niveles de gobierno para cumplir con una tarea que pone en sus manos una compañía que ha tejido redes verdaderamente influyentes en los territorios de la negritud y la afrodescendencia. El Teatro Helénico y el Sistema de Teatros de CDMX fueron clave para este inicio.

Vean, si no, la fuerza que representó uno de los momentos más significativos del Festival: el encuentro virtual de cinco mujeres afrodescendientes dedicadas a la dramaturgia, actuación y dirección teatral: Ira Fronten (Italia/Venezuela), Alejandra Egido (Argentina/Cuba), Marí Eugeni Arboleda (Estados Unidos/Colombia), Silvia Albert (Barcelona, España), y Marisol Castillo (México/Colombia), quienes conversaron acerca de su quehacer artístico y la manera en que abonan a la visibilidad de lo afro en los espacios que habitan. Todavía está disponible todo esto en las redes de la Secretaría de Cultura CDMX. Si puede, descargue el conversatorio, no tiene pierde.

 

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