La otra escena
- Miguel Ángel Quemain | [email protected] - Sunday, 06 Jul 2025 09:33



Espacios íntimos, dirigido por Marcela Aguilar y Amada Domínguez, autora de la coreografía y de la concepción, es un espectáculo que se sostiene en un bordado añejo y fino que el cuerpo y la mente luminosa de Marcela Aguilar han alimentado a lo largo de varios años, con la convergencia además de varias artes de la escena que Domínguez ha desarrollado con paciencia y precisión: la realización del vestuario y el espacio escénico (el espacio como concepción poética).
Esta coreografía, con la asesoría y la codirección de Marcela Aguilar, tiene un signo fundamentalmente autobiográfico: parte de los más íntimos recuerdos de Amada Domínguez, memoria de lugares guardados y definitivos de su interioridad. La investigación del movimiento se sostiene justo en ese eje espacial y temporal de su memoria.
Esta manera de entender el tiempo, la memoria y la imaginación, la coloca frente a sus iguales, frente a sus propios colegas, que al mismo tiempo tienen algo de obediencia al demiurgo que los moviliza y anima, y pone el reto de entender el movimiento de una bailarina muy reconocida y respetada de nuestra danza. Es una convocatoria a poblar esos sueños insinuados que no habían sido bailados sino sólo presentidos y deseados.
En estos escenarios de la imaginación, estancias, topografía simbólica y real, hay huellas muy significativas que vienen de trabajos anteriores, y de la voluntad de cabalgar su propia imaginación, a través de los encuentros donde ha bailado solos a lo largo de varios años, encontrando y buscando un camino y un movimiento propios.
El montaje estará en el Foro A Poco No, de viernes a domingo, del Sistema de Teatros de Ciudad de México y tiene una temporada corta (hasta el 13 de julio), pero con un número de funciones que le permitirá mostrar un trabajo de gran producción. Reúne un equipo que forma parte del medio de la danza que la fortalece y consolida: iluminación, Melisa Varïsh; en la música, René Flores y Erick López Rodríguez, y la voz de Alejandra Marín.
Brotación, Rotación y Pigmentocracia (“lugares recorridos y nidos temporales pero siempre presentes en el hilo de su vida”), son un laboratorio muy rico de búsqueda sobre su propio movimiento, su identidad corporal, su juventud y longevidad, identidad conformada por su veracruzanía y afrodescendencia (Cuentos africanos, son cartilla de identidad) a las que debe esa belleza de ébano.
En cincuenta minutos ha organizado siete escenas en este orden: Los espacios, El tiempo, Brotación, El tiempo, Intersticio, El tiempo y Pigmentocracia. Hay un orden en este largo aliento coreográfico que mira su propio pasado dancístico y que la compañía de Marcela Aguilar permite pensar con la fuerza poética donde lo literario se abraza a lo onírico. No es extraño que su cuerpo dancístico ponga de entrada un poema (Dónde) de la entrañable poeta costarricense Arabella Salaverry, tan cercana a la coreógrafa Aguilar, que hilvana memoria, olvido, futuro, desmemoria, sueño y el enredo del tejido fino del cuerpo.
Marcela Aguilar nos ha mostrado que su pensamiento coreográfico no se deslinda del sueño, la ensoñación y la poesía. Hay un horizonte marino, aguas originarias, que traslada a los cuerpos que sabe colocar en flotación, libres de la gravedad realista que sólo logran abolir bailarines muy dotados y muy entrenados como los que acompañan ahora esta aventura.
Veinticinco años de colaboraciones interdisciplinarias en Travesías Escénicas y el apoyo generoso de Vino al espectáculo que pone el ejemplo del compromiso para sostener el trabajo de calidad. Marcela Aguilar y Amada Domínguez están acompañadas de los bailarines Federico Lázaro, Alberto Quijano, Odette Padilla, Bernardo Kasis y Athina Masiero. Escribe Salaberry: “Me quedo en pausa/ Ni sé si la acción ya fue/
O esperar un futuro/ No sé si la desmemoria es un momento/ Entre los tantos en que se hilvana el tiempo/ O es el tiempo/ Todo
el tiempo.”