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- José Rivera Guadarrama - Sunday, 09 Nov 2025 21:34 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Kurt Gödel: la filosofía, el hambre y el veneno

 

Los grandes genios, intelectuales, científicos o filósofos, también tienen manías, caprichos, fobias que pueden provocarles enormes y perjudiciales insatisfacciones, por el carácter obsesivo con el que dedican su vida a crear grandes obras, pensamientos, paradigmas o revoluciones científicas. Para algunos, dejarse morir puede verse como una alternativa, sosteniendo que no se trata de un suicidio sino de una muerte natural por atrofia.

Ejemplo de lo anterior es Kurt Gödel (1906-1978), filósofo y matemático austriaco que murió de inanición, es decir, la interrupción voluntaria del comer y del beber. En el caso de este científico fue por temor a ser envenenado.

A Gödel se le considera una de las mentes que revolucionaron la lógica matemática en el siglo XX, sobre todo con sus teoremas de incompletitud. Su trabajo cambió la forma en que se pueden entender los límites del conocimiento matemático, físico y filosófico. La parte trágica tiene que ver con que, mientras su mente lograba resolver las cuestiones más complejas del pensamiento abstracto, su salud física se volvían cada vez más delicada.

Durante buena parte de su vida sufrió de paranoias constantes y profundas. Estaba convencido de que querían envenenarlo. Durante muchos años sólo comía lo que su esposa le preparaba. Adele Porkert fue la mujer con quien contrajo matrimonio; seis años mayor que él, fue a quien le dio toda su confianza y lo acompañó por el resto de su vida. De acuerdo con testimonios de algunos de sus conocidos, ambos se trataban con mucho cariño y respeto.

La infancia de Kurt puede considerarse como una etapa feliz. Era muy devoto de su madre, pero también muy tímido, atribulado en extremo cuando su mamá permanecía fuera de casa. Tuvo una fiebre reumática a los seis años de edad, pero después de recuperarse su vida retornó a su cauce normal. Sin embargo, cuando cumplió ocho años empezó a leer libros referentes a la enfermedad que había sufrido, y se enteró de que podría tener una complicación que afectaría su corazón, haciéndolo débil. Aunque no hay evidencia de tal hecho, estaba convencido de que así era, lo que significó que su salud fuera una constante preocupación.

A pesar de lo anterior, durante la década de los años treinta, Kurt formó parte del cuerpo docente de la Universidad de Viena. Al poco tiempo, debido a su condición de judío, tuvo que abandonar la ciudad a causa de la ocupación alemana de Austria y emigró a Estados Unidos, donde logró ocupar una plaza de profesor en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, institución que ya había visitado en alguna ocasión. Ahí conoció a Albert Einstein, quien sería considerado uno de sus amigos más cercanos; ambos hablaban con frecuencia y las influencias intelectuales fueron mutuas. Los trabajos que publicó durante la década 1929-1939 transformaron la lógica matemática de una manera extraordinaria, por lo que se le considera como el lógico matemático más importante del siglo XX.

La vida de Gödel daría un vuelco inesperado ya que, en el otoño de 1977, su esposa Adele Porkert enfermó de gravedad, por lo que tuvo que ser internada en un hospital. A partir de ese momento aumentó la paranoia de Gödel, pues la única persona en quien confiaba ya no podía prepararle alimentos. De manera que su decisión fue no ingerir nada de comida durante un periodo prolongado.

Así que se mantuvo firme en la decisión de no probar alimento hasta que Porkert saliera del hospital y regresara a casa. Pero el internamiento de Adele se prolongó seis semanas, tiempo en el que Gödel fue perdiendo peso, nutrientes y fuerzas. Cuando lo encontraron, pesaba sólo veintinueve kilos. Tenía 71 años. Murió por desnutrición pocos días antes de que a su mujer le dieran el alta médica. De esta manera, uno de los grandes pensadores del siglo XX prefirió morir de inanición por miedo a ser envenenado.

 

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