El patrimonio ferrocarrilero: vanguardia y palabra
- Omar López Monroy - Saturday, 29 Nov 2025 22:56
I
La lucha social como patrimonio: esa es la esencia del Museo de los Ferrocarrileros, que poco a poco se fue gestando en la mente y corazón ferrocarrilero de Salvador Zarco. Siendo un joven estudiante de filosofía, Zarco participó decididamente en el Movimiento Estudiantil en 1968; este mismo año fue beneficiado con una beca de tres años para estudiar en la Real y Pontificia Universidad del Palacio Negro de Lecumberri –tal cual escribe con gran ironía Zarco Flores en sus datos curriculares. Antes de ser procesado penalmente sufrió –al parecer– la única forma de investigación que tenían las fuerzas del orden del régimen priista de aquellos años: la tortura. Al salir de la cárcel participó en la primera manifestación estudiantil tras la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco, que se convertiría en el llamado Halconazo, del 10 de junio de 1971. El régimen volvió al ataque y, como en Tlatelolco, reprimió la manifestación con beneplácito de algunos empresarios, líderes religiosos y parte de la sociedad mexicana.
En el Palacio Negro tuvo como libro de cabecera Historia del Movimiento Obrero Ferrocarrilero en México 1890-1943, de Marcelo N. Rodea; por él abrazó la idea de convertirse en ferrocarrilero. Llegó a ser secretario general del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM). Acompañó la lucha ferrocarrilera hasta que el represor gobierno encabezado por el hoy “demócrata” expresidente Ernesto Zedillo, consumó la privatización y entrega de casi todo el sistema ferroviario. Salvador fue corrido de su empleo por defender su fuente de trabajo.
II
De a poco los ferrocarriles han vuelto a surcar el horizonte mexicano. En 2006, la entonces delegada en Gustavo A. Madero, Patricia Ruiz Anchondo, apoyó la creación del Museo de los Ferrocarrileros en la antigua estación ferrocarrilera de La Villa, donde en el siglo XIX saliera el primer viaje en ferrocarril a Veracruz. Raquel Sosa, entonces secretaria de Cultura de Ciudad de México –a la cual está adscrito el museo desde su creación–, para encabezar el recinto propuso a Salvador Zarco, quien llevaba años buscando apoyo para la creación del mismo.
Una de las primeras actividades y acciones del museo fue realizar un viaje en tranvía para conmemorar el 150 aniversario del primer viaje de México a La Villa en 2007. En plena efervescencia urbana, irrumpió la memoria ferrocarrilera, las personas que iban a bordo del tranvía que se consiguió para tales fines iban caracterizadas a la usanza del siglo XIX. El tren-tranvía surcó la atmósfera citadina como un augurio.
Los ferrocarrileros en su momento fueron la vanguardia para los movimientos sindicales obreros, tomaron las calles para hacer escuchar su voz; los primeros presos políticos mexicanos del siglo XX fueran trabajadores ferrocarrileros. En 2015, a instancias del maestro Zarco, se creó el video documental Fermín: semblanza de un ferrocarrilero nacido en la colonia Guerrero, en el que se da cuenta de la participación de un contingente de ferrocarrileros a la concentración del Movimiento Estudiantil aquel fatídico 2 de octubre de 1968.
La de los ferrocarrileros ha sido una lucha por la soberanía mexicana, sentencia el maestro Zarco Flores. En las decenas de exposiciones que se han presentado en el recinto se ha dado cuenta de ello, sobre todo a través del uso de la fotografía como memoria histórica; entre dichas exposiciones destacan Del tinacal a la aduana. El pulque y el ferrocarril (2011) y La huelga de los mecánicos, 1926 y 1927 (2020).
III
Flor y canto/in xochitl, in cuicatl, en náhuatl. Estos términos servían para nombrar la poesía y expresiones literarias antes de la violenta llegada de los españoles a estas tierras. En las actividades que el Libro Club Teodoro Larrey del Museo de los Ferrocarrileros ofrece mensualmente, la literatura cobra vida en la voz de las y los narradores que ofrecen su canto; es un sello que ha construido con tesón Hena Carolina Velázquez Vargas, narradora oral, ferrocarrilera de corazón y periodista. Ella encabeza el Libro Club Teodoro Larrey (1872-1944) desde su creación, en 2013, nombrado así en honor al trabajador mexicano homónimo cuyos impulsos por tener una mejor situación laboral derivaron en la creación de la Unión de Mecánicos Mexicanos Ferrocarrileros que a la postre sería el semillero del que nacería el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana
en 1933.
Carolina es hija del sindicalista ferrocarrilero Guillermo Velázquez, cuyo patrimonio documental en torno a su vida sindical pasó a formar parte del acervo del Museo de los Ferrocarrileros; este fue el primer motivo que la acercó a Zarco Flores. A los pocos años de haberse inaugurado el Museo, como parte de una iniciativa gubernamental tuvo la encomienda de realizar acciones asertivas en torno a la erradicación de la violencia en contra de las mujeres, lo cual sería al paso del tiempo el inicio de una estrecha relación entre Carolina y el Museo de los Ferrocarrileros. Como parte de esa iniciativa, entre 2010 y 2015 se crearon cuatro videos documentales para dar cuenta de los aportes de las mujeres en la historia del ferrocarril, en la cual colaboró Hena; entre ellos destacan: Historia de unas mujeres que escalando por las nubes llegaron al cielo y Una historia digna de contarse: las esposas de los trenistas de camino.
A través de estas historias imprescindibles podemos conocer la importancia que tenía el ferrocarril para miles de mexicanas y mexicanos, así como la gran pérdida cultural que significó su antipatriótica privatización por parte del régimen zedillista: las garras ansiosas de oro de las empresas estadunidenses se asentaron en nuestro territorio y la soberanía fue vulnerada. Pero la historia ha mostrado que el ferrocarril es funcional no sólo para el transporte de carga sino también el de pasajeros, y hoy su andar tiene nuevos bríos.
IV
La palabra, como la memoria, echa raíces. La Red de Narradoras y Narradores Orales Guardianes del Patrimonio en la zona de La Villa combina narración oral y rescate del patrimonio, experiencias de vida y cariño por esta ciudad donde nos tocó vivir y crecer. Ese habitar comienza desde la persona, que a partir de su propio cuerpo como primer territorio/casa, buscará transmitir a partir de la voz esas historias vinculadas al tren, al crecimiento de la ciudad. Este proyecto, liderado por Hena Carolina, se combina con las actividades del Libro Club Teodoro Larrey, en el que participan Zyanya Mejía, Trigo Martri y Azucena Capulín, entre otros compañeros y compañeras que coordinan las actividades.
Para Carolina la narración oral es un patrimonio que ejercemos todas y todos; es un arte primigenio que nos permite honrar nuestra memoria, porque narrar historias, tradiciones y anécdotas nos permite reconstruir la identidad personal y colectiva. El personal del Museo de los Ferrocarrileros, encabezado por el maestro Zarco, y Alejandra Correa, coordinadora, esperan celebrar su veinte aniversario honrando la memoria del museo: buscarán recopilar y dar a conocer los nombres de cada una de las personas que han colaborado para su desarrollo.
Por último, el maestro Zarco comenta sobre la importancia de que el Museo tenga un foro propio, pueda ensanchar sus límites y eso haga posible ampliar su oferta cultural. Es vital y crucial que este recinto ubicado al norte de la ciudad siga en pie. Único en su vocación, y en pleno siglo XXI, es uno de los pocos espacios museísticos gubernamentales ubicados al norte de Ciudad de México l